DEJARSE AMAR Y AMAR. Renovación de la experiencia trinitaria

Autor: Luis Ángel Montes Peral

ISBN: 9788496488991

Colección: Ágape 55

Páginas: 262

Precio: 15,00 € (con IVA)

Lo mejor que el creyente tiene se lo debe a Jesucristo, que le ha revelado y testimoniado la experiencia trinitaria. Guardar fidelidad a esta experiencia significa dejarse amar por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y, al mismo tiempo, estar dispuestos a amar a nuestros semejantes, teniendo a las Tres Divinas Personas como permanente modelo a seguir. Nada llena más la existencia cristiana que el diálogo amoroso con el Padre, siguiendo el ejemplo del Hijo y dejándonos inspirar por el Espíritu Santo mediante la puesta en práctica de la filiación y la fraternidad. Conformar así nuestro ser y quehacer en la Iglesia y en la sociedad lleva consigo haber elegido pertenecer a la Familia de los hijos y hermanos del Reino y haber encontrado el tesoro que da sentido a nuestra vida. Apostar por el Dios Trino con todas las consecuencias nos hace felices aquí y ahora y, en la hora final, llegaremos a ser plenamente dichosos. La sed de la Trinidad Santa nos abre como nada al campo de la exaltación y la felicidad, viviendo desde el Amor.

Luis Ángel Montes Peral, sacerdote diocesano palentino, se doctoró en Teología Bíblica bajo la dirección de Joachim Gnilka en la Facultad de Teología de la Universidad de Múnich. Ha dedicado la mayor parte de su vida a la docencia, sobre todo de la Sagrada Escritura, con especial incidencia en el Nuevo Testamento. Sus publicaciones alcanzan ya más de veinticinco libros y sus artículos especializados pasan del centenar. En este momento está muy interesado en los temas trinitarios, habiendo publicado últimamente dos libros en esta editorial. Buen conocedor del Evangelio de Marcos y de temas sacerdotales, actualmente es Director del Aula de Teología de la Universidad de Valladolid en el campus de Palencia. Coordina la Delegación del Clero de su diócesis de origen y el Equipo Regional de la Formación Permanente compuesto por los Delegados del Clero de la Iglesia en Castilla.